Por: UNA VOZ Dedicado a: Santiago Reyna Una voz,
un aliento tibio de amor que diga: entiendo. Una mano que aletee, diciendo: asÃ. Un nombre pronunciado, ojos que sonrian, desde lejos: desde el alma, una cabeza que afirme: sin palabras, un calor que apriete y diga: amiga. Unos labios que no pidan, quién? alguien. |
En esta edición | 2016-02-22 |